Posted by : DURI 30 jun 2018


Paseo por el bosque

El estrés es un mecanismo natural de nuestro cuerpo para hacer frente a situaciones límite. El problema surge cuando esa respuesta se dispara de forma anormal y lo que es un estado de alarma para sobrevivir se convierte en lo contrario, una fuente de enfermedad física y mental.

Para manejar el estrés es fundamental comprenderlo, mantener la calma, combatirlo activamente, realizando ejercicios que nos ayuden, aprender a relajar el cuerpo con ejercicios y automasajes, y relajar la mente practicando la meditación, y sobre todo, pensar positivamente.


Como entender el estrés

La definición de estrés como concepto clínico no es sencilla. No es propiamente una enfermedad, pero puede desembocar en ella. Las variables asociadas al entorno y al tipo de persona pueden ser muy distintas lo que implica la dificultad de adoptar soluciones y parámetros generalistas, ya mucho menos simplistas. Cada persona ha de comprobar su situación y su personalidad.

El estrés es un mecanismo natural del cuerpo para prepararlo para situaciones límite, como una huida o una reacción de alerta. El problema es cuando se sale de estas causas o se hace crónico.

El estrés agudo se produce en una situación de peligro inminente, activándose todos los mecanismos del cuerpo humano, incluidos los hormonales. La persona se pone en modo lucha o huida, preparándose para ello.

El estrés crónico se produce cuando se dan una serie de situaciones (que puede ser perfectamente una sola) como el cuidado de un familiar enfermo, un trabajo exigente, hablar frecuentemente en público, ciertas exigencias de la vida, que hacen que se disparen los niveles de alarma, no extrema, pero sí continua. Así como el estrés agudo no comporta daños para la salud, el crónico si se prolonga en el tiempo puede hacerlo. Síntomas son la falta de deseo sexual, melancolía, desórdenes digestivos, irritabilidad, etc.

El estrés anticipatorio es un tipo de estrés producido por la mente, como el que se produce ante la espera de unas pruebas médicas, un examen importante, la incertidumbre de perder el empleo, produciéndose ansiedad ante el futuro incierto. Lo produce la imaginación de la mente humana, ya que en realidad, no se ha producido aún o puede que nunca se produzca la situación negativa que ya estamos imaginando.

Causas habituales de estrés son las relaciones de pareja (o no tenerla), el nacimiento de hijos (o que no se produzca), separaciones y divorcios, muerte de un ser querido, pago de facturas, malas condiciones en la vivienda, cambios de domicilio, presiones laborales, desempleo, incertidumbres económicas, endeudamiento, enfermedades, lesiones, personas tóxicas, personas negativas, entornos desagradables ambientalmente.

El trabajo es una fuente importante de estrés, por sobrecarga de trabajo, elevada responsabilidad, horarios laborales malos, presión sobre los empleados, entornos laborales desagradables ambientalmente, desplazamientos y viajes, y falta de valoración de la tarea realizada.

El estrés nos provoca inestabilidad emocional, ansiedad, pérdida de confianza en uno mismo o autoestima, depresión, apatía, indecisión, pérdida de concentración, y pérdidas de memoria. Y el problema de todo ello es que se entra en un círculo vicioso, ya que el estrés provoca indecisión, está pérdida de autoestima, aumentado todavía más el estrés.

Terminan afectando a la conducta provocando cambio en los hábitos, como tendencia al aislamiento, abandono personal, cambio en los hábitos alimentarios, abuso del alcohol, del tabaco y de las drogas, adicción o ineficacia en el trabajo, absentismo laboral.

Síntomas físicos del estrés son sudoración, hábitos nerviosos (como morderse las uñas), palpitaciones, temblores musculares, crisis de pánica, mareos, dolores de cabeza, dolores de mandíbula, dolor de espalda, alteraciones del sueño, fatiga, insomnio, fatiga crónica, herpes, caída del cabello, eczema, trastornos menstruales, indigestión, úlceras, síndrome del colon irritable, dificultades de erección, eyaculación precoz, disminución del deseo sexual, anorgasmia, dolencias cardiacas, asma, y alergias.

Una vez que hemos entendido su funcionamiento, vamos a controlarlo para que deje de hacernos daño.


Como manejar el estrés

El estrés agudo se produce en situaciones límite. Bomberos, militares, o policías aprenden a controlarlo mediante el entrenamiento. Nosotros nos limitaremos a cambiar la actitud personal, manteniendo la calma, por ejemplo en una discusión. También ayudarán la práctica regular de la respiración abdominal y las técnicas de meditación, que más adelante explicamos.

Ante el estrés anticipatorio, el que crea nuestra imaginación ante acontecimientos amenazadores, se lucha mediante medidas preventivas, como la contratación de un plan de seguro contra el desempleo o unas clases de defensa personal si frecuentemente te toca caminar por calles oscuras, y medidas de lucha contra el estrés específicas como la meditación, el control de la respiración , el pensamiento positivo o el humor.

El estrés crónico requiere cambiar de actitud ante la vida, buscando apoyo social, distracciones, amarnos a nosotros mismo aumentando nuestra autoestima, administrando nuestro tiempo, y evaluando nuestros objetivos.


Combatir el estrés

Empezamos nuestro plan de ataque de destrucción del estrés. Este tiene que ser activo y con disciplina, no vale levantarnos hoy de subidón y mañana de bajón. Aunque no todos los días son iguales, y esto es cierto, la lucha contra el estrés debe ser continua.

El alcohol ayuda a evadirse del estrés, pero hay que tener mucho cuidado, superar los límites recomendados puede perjudicar la salud física y mental, aumentando exponencialmente los niveles de estrés.

La cafeína ayuda a mejorar la agudeza mental y el rendimiento, pero es adictiva y puede agravar la ansiedad. Como en el caso del alcohol, mucho cuidado.

El chocolate eleva el ánimo, pero un consumo elevado perjudica la salud por su elevado contenido en grasas y azúcar. Lo mismo ocurre con los dulces y los alimentos ricos en azúcar.

El estrés hace aumentar el consumo de grasas, ya que al ser alimentos de reserva los mecanismos fisiológicos del cuerpo humano incitan a ello (esto viene de las épocas en las que la Humanidad pasaba hambre). Sus consecuencias sobre la salud no son buenas. La ganancia de sobrepeso además hace que algunas personas tóxicas menosprecien a otras con lo negativo que esto tiene.

Por otra parte, la sal aumenta la presión arterial, que no conviene nada a las personas estresadas.

Alimentos que ayudan a combatir el estrés son los carbohidratos de los cereales, que originan una fuente de combustión lenta, aunque engordan; frutas y verduras, que proporcionan vitaminas y minerales, infusiones relajantes (como las manzanilla, melisa, tila o naranjo), así como los complementos alimenticios y vitamínicos, siempre con el asesoramiento médico, farmacéutico o dietético.


Ejercicios contra el estrés

El ejercicio, el deporte y el fitness ayudan son muy eficaces a la hora de combatir el estrés, ya que eliminan el exceso de hormonas, son saludables, ayudan a evadirse de los problemas, a dormir mejor, y crean una sensación de relajación y bienestar.



Relajando el cuerpo

Si aprendemos a relajar el cuerpo, estamos realizando una eficaz labor contra el estrés. Los músculos tensos son fuente de numerosos problemas, tanto físicos como mentales.

Muchas veces esta tensión se acumula en la parte superior del cuerpo, ojos, hombros, cuello, cabeza, con los consiguientes problemas asociados, dolor de cabeza, rigidez del cuello, lesiones, etc.

Unos sencillos ejercicios nos ayudarán a disminuir estos problemas.





Automasajes contra el estrés

Los masajes son un método excelente para relajar el cuerpo, aliviar el estrés y sentirse bien, físicamente y mentalmente, ya que estimulan la circulación sanguínea y linfática, relajan los músculos y estimulan la relajación.

Lo ideal es que nos lo de otra persona, pero si eso no es posible, nos lo podemos dar nosotros mismos.




Practica la meditación

Es algo muy beneficioso, físicamente y psicológicamente. En Oriente tiene connotaciones de crecimiento espiritual y autorrealización, por eso se practica en algunas artes marciales, al empezar o iniciar la clase. En Occidente se practica principalmente para aliviar el estrés y favorecer la relajación.

Hay que buscar un lugar tranquilo, una posición cómoda, pero con la espalda recta, no pensaremos en nada, dejaremos la mente en blanco, y nos concentraremos en nuestra respiración. Hay numerosas formas de meditar, este enlace, este y este te pueden ayudar.



Piensa positivamente

El pensamiento positivo es una barrera que nos protege del estrés y sus efectos asociados, como la apatía, la ansiedad y la irritabilidad. Asimismo, las personas positivas están más motivadas, gozan de mejor salud y aguantan mejor las adversidades de la vida.

Para tener una mentalidad positiva y adquirir una personalidad fuerte hay que favorecer el pensamiento positivo y despreciar el negativo. No es fácil, ya que a veces lo negativo predomina sobre lo positivo, pero lo cierto es que gracias al pensamiento positivo hay gente que ha logrado cambiar el destino.

Hay que anticiparse e impedir que algo nos coja por sorpresa. Si nos dirigimos a una situación estresante, como una entrevista complicada, nos lo imaginaremos de la peor manera posible y estudiaremos una estrategia para contrarrestarlo. Cuando ocurra estaremos preparados para esa vicisitud y probablemente no será tan malo.

Elabora una lista con todo lo positivo de tu vida. Coje un papel y hazlo. Te vas a sorprender de las cosas buenas que tienes.

Quiérete, eres una persona valiosa, eres una persona importante.


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